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SEXUALIDAD. EROTISMO. POSMODERNIDAD
SEXUALITY. EROTICISM. POSMODERNITY
La sexuaLidad en La era de La técnica1
thomas Fuchs2
es probable que ninguna esfera de la vida social haya cambiado tan radicalmente en los últimos cien
años como la sexual. Lo que antes se ocultaba se ha hecho visible, lo declarado como tabú se ha hecho
público, lo prohibido se ha hecho hace tiempo ya algo natural. La sexualidad es hoy omnipresente,
claro que no como atmósfera sensual de lo erótico, de lo que seduce desde lo oculto, sino en una for-
ma demostrativa, escenificada y cosificada. La remoción del tabú y la liberación de la sexualidad, su
constante presencia en los medios escritos, de televisión y de internet, desde la publicidad, pasando
por los talkshows
, hasta las campañas contra el sida, esta constante estimulación ¿ha incrementado
también la felicidad y el placer ligados al eros o esta ubicua sexualidad se ha transformado más bien
en esterilidad y anhedonia? ¿no es así que el placer provocado masivamente se transforma al final
en un enemigo del placer?

el sexólogo Volkmar Sigusch habla de una segunda transformador de lo erótico ha sido manifiestamente revolución “neo-sexual” que ha reemplazado a la neutralizado por su fabricación directa y pública.
liberación sexual de los años 60 y 70. “Actualmente En forma paralela a la sexualización de la socie- nuestra vida diaria está tanto inundada como vaciada dad se ha producido un segundo cambio fundamental: por estímulos sexuales. Esa es una de las paradojas cen- la separación radical de sexualidad y reproducción. trales de la revolución neo-sexual. A través de su exage- Desde el comienzo de la anticoncepción hormonal el rada escenificación cultural, a través de su permanente desacoplamiento de la unión sexual con respecto a la comercialización y difusión electrónica, el erotismo y reproducción ha sido perfeccionado con las técnicas de el placer son rechazados en forma más eficaz que lo fertilización in vitro, de maternidad sustituta o de clo- que fue capaz de hacer la antigua represión por me- nación humana, pronta a aparecer. Ahora, los procesos dio de prohibiciones”3. De hecho parece confirmarse de reproducción ya no están asociados necesariamente la tesis de Marcuse de la “de-sublimación represiva”4, al cuerpo femenino. Hoy, hombres y mujeres pueden formulada ya hace medio siglo: el efecto liberador y seguir produciendo hijos incluso después de su muerte, 1 Traducido del alemán por Elvira Edwards y Otto Dörr.
2 Profesor de Psiquiatría de la Universidad de Heidelberg.
3 Sigusch 1998, p. 1231.
4 Marcuse 1977 (aparecido primero bajo el título de “Eros and Civilization”, 1955).
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a través de sus óvulos y espermios congelados. La fa- en sentidos tan vagos como el olfato y el gusto, en las bricación de un útero artificial, impulsada ahora por la cualidades atmosféricas de lo seductor, lo insinuante, medicina reproductiva, también transformará en fecha lo velado y lo prohibido. No se queda en la distancia, no muy lejana el desarrol o embrionario en un proceso sino que nos atrae; está hecho para la apertura, la fu- potencialmente público y asequible para la técnica5.
sión, la pérdida de los límites. La sensualidad significa Pensar que la revolución “neo-sexual”, al igual la disposición y la receptividad para tales percepciones, que la biotécnica –ante la cual hoy ya nos encontra- impresiones y estímulos atmosféricos. No se limita de mos– cambiará fundamentalmente la experiencia de la ningún modo a “estímulos” específicos, sino que puede sexualidad y el trato con el proceso reproductivo y con hacer, p. ej., que toda la naturaleza parezca cargada de nuestros descendientes, no requiere de ninguna fanta- sía exagerada. Las siguientes reflexiones tratan de acla- Es característico de los fenómenos eróticos y rar los desarrol os que ya se perfilan hoy. El as parten de sexuales que el os sucedan “por sí mismos” y que la vo- la hipótesis de que en la base del trato imperante con luntad más bien los perturbe. Es sabido que el enamo- la sexualidad hay un mal entendido fundamental de lo ramiento no puede producirse a voluntad y se parece erótico: la sexualidad y el erotismo no se basan en ac- más bien a un encantamiento, a un sumergirse en una tividades arbitrarias, sistemáticas y técnicas, sino en un atmósfera feliz y prometedora que l ega al enamorado “pático” ser afectado por impulsos corporales, por ema- desde todas partes. El erotismo requiere la entrega a lo naciones y atmósferas. Vive lo erótico quien es capaz de sorprendente, a lo extraño y no controlable. Se trata de dejarse atraer y afectar sensualmente por el otro. Esto la capacidad de abandonarse al deseo, a la búsqueda se desarrol ará en forma más detal ada.
del cuerpo del otro. “Hay un ‘comprender’ erótico que es de distinto tipo que el comprender del entendimien- LA CORPORALIDAD ERÓTICA
to; … al deseo le corresponde un comprender que une ‘a ciegas’ cuerpo con cuerpo”, escribe Merleau-Ponty7. El erotismo apunta a una esfera de poder proverbial, En el orgasmo culmina la pérdida de control, la entrega en cierto modo muy difícil de aprehender, y por varias a un acontecimiento potente. Por otra parte, el orgas- razones. Lo erótico radica ante todo en movimientos l e- mo no es un mero automatismo que transcurre en for- nos de vida (como un gesto, un juego de miradas, un ma refleja, sino que se parece más bien a un remolino baile); tiene lugar entonces en el tiempo y sólo con difi- en el que se deja caer la persona sexualmente excitada, cultad puede fijarse en imágenes o dibujos. Además lo erótico está vinculado a las insinuaciones, la seducción, En todos estos fenómenos la sexualidad se mues- el presentimiento o la promesa, es decir, no afecta al tra como una dinámica de un orden superior que toma sentido de realidad sino al de posibilidad, al anhelo y a ambos individuos, los sumerge en una atmósfera la fantasía. Por último, lo erótico no puede abarcarse erótica y hace que el os se afecten recíprocamente. La ni localizarse, porque en último término está radicado sexualidad pertenece a una esfera que rodea a los seres en el entre, en la resonancia oculta de los cuerpos, en la individuales, en la que los cuerpos se reconocen entre “química” de los participantes, a menudo sin su percep- el os como seres sexuados, y que Merleau-Ponty ha l a- ción consciente. La emanación erótica y sexual vibra mado inter-corporalidad 8. La idea de un enfrentamiento precisamente en cada interacción humana. También entre un hombre y una mujer para la mera satisfacción está en juego, aunque en forma latente, la pregunta recíproca de impulsos desconoce el carácter sistémico de cómo sería uno visto por el otro en cuanto posible de la sexualidad: es la esfera de la inter-corporalidad erótica, la “corriente de la vida” misma la que hace sur- Según el o, el erotismo puede entenderse más gir la sexualidad y no a la inversa.
bien como una atmósfera en la que nos movemos como No obstante, la sexualidad humana y tanto más el seres corporales y sensuales, ya sea en forma latente o erotismo no son meros procesos naturales, sino siem- perceptible: una atmósfera que lo impregna todo, sin pre también ámbitos del juego y del arte. El cultivo volverse el a misma ni localizable ni objetiva6. Lo erótico del eros significa el desarrol o y la diferenciación de está inserto en el placer de los sentidos, especialmente la sensualidad, de esa receptividad para los estímulos eróticos, del arte de generar atmósferas eróticas. Se 5 Comparar J.Rifkin: Entbunden. Bald gibt es die künstli- che Gebärmutter. FAZ Nr. 53/04.03, s002.
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trata de jugar con los estímulos y de dosificarlos há- psicológicos y biológico-hormonales del deseo, del bilmente, para que el os no sobre-estimulen ni entor- flirt, del dating y del acto mismo han sido populariza- pezcan, sino que sigan elevando el gozo. “Parte del arte dos hace ya tiempo y con el o desencantados hasta la del erotismo”, según Wilhelm Schmid, “son los rituales banalidad. La propagación de todas las técnicas y prác- que se van creando alrededor de los placeres, el deco- ticas sexuales posibles crea además la ilusión de que ro, el velo y el disfraz a través de los cuales sólo se los el propio cuerpo o el del otro son meros aparatos de puede intuir, la retórica, la que más que hablar sobre zonas erógenas, de pulsadores y curvas de excitación el os con elocuencia cal a, el aplazamiento calculado de que se pueden hacer funcionar según instrucciones su uso en el tiempo, que permite al sujeto entregarse para su uso. En consecuencia, el cuerpo cosificado de paulatinamente a el os y no perderse en una repentina esa manera debe ser ejercitado por amplios programas explosión”9. El arte de la sexualidad radica por último de entrenamiento, mantenido fit mediante dietas ana- en dejar que la inmersión en la inter-corporalidad se bólicas y hormonas, excitado por medicamentos y así convierta en una danza ejercitada en común, en la que convertido en sexualmente apto. Porque sexo significa la conciencia se traslada al cuerpo del otro y su placer se convierte en el propio, así como el propio en el suyo; Tales prácticas ponen de manifiesto una relación una danza en la que el juego y la lucha, el dominio y técnico-manipuladora con el cuerpo propio y con el la entrega, la extrañeza y la familiaridad se imponen de la pareja sexual. El as van aparejadas a la pérdida mutuamente en sutiles matices. Recién como juego y de formas vivenciales receptivas y páticas, es decir, como arte el amor corporal puede desarrol ar todas sus de la capacidad de dejarse afectar, tomar y hundirse por y en lo erótico. En lugar de el o se necesitan ahora elementos y estímulos adicionales para ponerse arti- LA SEXUALIDAD POSMODERNA
ficialmente en el estado correspondiente. A través del Viagra, lo que era seducción y deseo es “degradado a Reducir el desarrol o actual de la sexualidad a un común un mecanismo que puede conectarse”10. Ya no se logra denominador sería una empresa inútil, cuanto más que la inmersión en la inter-corporalidad, porque la pérdida el a está caracterizada en rigor por una diferenciación de control asociada con el a parece demasiado amena- cada vez mayor de orientaciones y de prácticas. No zante: la pérdida de límites y la entrega son un peligro obstante, dos tendencias de la sexualidad posmoder- para la individualidad insegurizada y monádica de la na sobresalen claramente, las que pueden describirse posmodernidad. Igualmente se desconoce el arte para como mecanización y fragmentación, por una parte, y crear y gozar atmósferas eróticas. Porque ése es un arte mediatización y escenificación, por otra. Ambas tenden- de la insinuación, de lo indirecto, del rodeo; requiere de cias están relacionadas entre sí: si la sexualidad como tiempo y dedicación y queda reducido a la nada con el sexualidad mecanizada se separa cada vez más de la es- abordaje directo y la ejecución técnica del acto sexual.
fera erótica inter-corporal, entonces, como sexualidad Una sexualidad mecanizada, ya no inserta en el mediatizada, recibe también una nueva función, a sa- erotismo y la sensualidad, desemboca finalmente en ber, la de ser instrumento esencial de la escenificación el embotamiento, la anhedonia y la impotencia. Según las palabras del sexólogo Günter Schmidt, pertenece “… a las mistificaciones de la sexualidad masculina el a) Mecanización y fragmentación
creer que un número importante de varones logra al-canzar hoy, con la pornografía, algo más que una ex- Si en la época victoriana la atmósfera erótica estaba tan citación registrable por medio de máquinas, un asomo comprimida por el tabú de la sexualidad, que casi en to- de erección”11. La queja de falta de placer, bautizada das partes podía percibirse algo “sofocante”, hoy ocurre entre tanto por la medicina como síndrome de low lo inverso: la sexualidad puesta a la vista públicamen- sexual desire o síndrome de LSD, ha venido aumentan- te destruye las atmósferas eróticas y reduce el deseo do en forma sostenida desde hace dos décadas en las a ciertos estímulos clave. Pero la pérdida de lo erótico consultas sexológicas. En comparación con el mundo no es sólo una consecuencia de la remoción de los ta- sexual l amativo y promiscuo de los medios, tal como búes, sino más aún de la mecanización de la sexuali- se proyecta ya en teleseries como “Sex and the City”, la dad ejercida comercialmente. No sólo los mecanismos 302 | Psiquiatría universitaria
actividad sexual real en el mundo occidental se muestra finalmente. Su apariencia, su voz, su aroma u otros de- más bien como discreta. La mitad de los entrevistados tal es eventualmente desagradables alteran la ilusión. tiene relaciones sexuales menos de una vez a la semana Por eso el punto de mira de las prácticas virtuales es y entre el 20 y el 50% de las personas de 40 a 70 años ya en definitiva la paradoja de una sexualidad totalmente están afectadas por desgano sexual crónico o distintos incorpórea, sin interrelación, que deja tras sí la calidad grados de impotencia12. No en vano el Viagra, desde su de criatura y la imperfección del cuerpo terrenal y con aparición en 1998, se convirtió en el medicamento más el o escapa también de la mortalidad.
Una posible reacción frente al embotamiento es la b) Mediatización y escenificación
intensificación de los estímulos: la sexualidad normal es reemplazada por prácticas fragmentadas, totalmen- La segunda tendencia importante en la sexualidad te separadas de la esfera erótica. Así es como los me- posmoderna es su progresiva mediatización, a través dios de comunicación social y la Internet han publicado de la cual el a es trasladada desde la corporalidad ha- y “normalizado” casi todas las perversiones: prácticas cia el mundo de las imágenes ubicuas, de los símbolos bisexuales, sadomasoquistas, fetichistas, onanísticas, colectivos, de la aparición pública, con el resultado de transexuales y otras, que antes eran consideradas como que al final “la sexualidad es hecha desaparecer bajo patológicas, o al menos como algo penoso, son esceni- sus imágenes”13. Expresión de el o es la supermodelo ficadas con la mayor naturalidad ante todo el público. como una figura muy sexualizada y estilizada, pero al En un programa de televisión sobre “joyas íntimas” un mismo tiempo carente de todo erotismo y, además, es- hombre muestra su pene tatuado, una mujer los anil os téril. Pero no sólo la modelo y la estrel a de cine, sino de plata en su pezón; en un talkshow una mujer explica también la dueña de casa y el entrenador de natación en detal e sus prácticas sadistas, etc. En cuanto al au- muestran hoy sus pechos, sus músculos y sus muslos mento de placer, estas últimas transgresiones del tabú y aspiran a ponerse públicamente en escena. Esto nos son disfuncionales, puesto que las perversiones hechas está señalando una nueva función de la sexualidad públicas pierden muy rápido el halo de lo secreto y pro- promovida por los medios de comunicación social: su hibido, justamente de lo “perverso” y, con el o, su atrac- objetivo ya no es en absoluto el placer de la carne, la tivo. Y cuando el empleado bancario o la secretaria satisfacción sexual como tal, sino la escenificación nar- visitan durante el fin de semana su club de sexo grupal, cisista de sí mismo y la confirmación de sí mismo ante ya no vivencian lo que podría l amarse todavía una or- los ojos del público. El sexo es el medio para ser visto.
gía, porque la mecánica de la promiscuidad transcurre ¿Cómo l ego, cómo me hago valioso a los ojos de en forma tan previsible e inevitable como penosa.
los otros? Ésa es la pregunta que decide todo en una Por último la sexualidad, fragmentada en sus for- cultura cada vez más orientada hacia lo externo14. En mas virtualmente anónimas, en el sexo telefónico, por la página web frecuentada en todo el mundo, hot or Internet o cibernético, se separa de los riesgos e im- not.com”, cada visitante puede hacer juzgar el atractivo ponderabilidades de la inter-corporalidad. El cliente del sexual de su retrato por la comunidad de la web. Los sexo telefónico, el voyerista de Internet o el visitante puntos de 0 a 10 se actualizan continuamente, best- del “chatroom” mantienen todo el tiempo el control of parades” presentan a los que van en la delantera. La y con el o evitan la temida intimidad. El os escuchan, contraparte de los solitarios voyeristas de Internet son ven o comunican, sin ser vistos el os mismos. El efíme- miles de mujeres y hombres que contra un pago hacen ro contacto a distancia los libera de las inseguridades filmar su vida privada con cámaras web, pero revelando y vulnerabilidades de la existencia corporal: la apa- también la necesidad insaciable de mostrarse y de libe- riencia, los defectos, las enfermedades y las reacciones rarse de su intimidad; o los exhibicionistas de los “talks- imprevisibles del cuerpo ya no desempeñan ningún hows” que gozan el vértigo de revelar ante el público papel. El erotismo se retrae desde la realidad sensorial sus perversiones. El sexo de los medios de comunica- hacia el mundo ideal de la imaginación. Nunca puede ción social es el mercado de la vanidad, en el cual los uno enamorarse en forma más rápida y peligrosa que online, claro que tampoco desilusionarse en forma más amarga: la imagen de la fantasía se desintegra en 13 G. Anders (1956, p. 154) describió como efecto de los el encuentro con el otro, de alguna manera deseado medios “hacer desaparecer el mundo bajo su imagen”.
14 Comparar el concepto de la personalidad dirigida desde el interior vs. la personalidad dirigida desde el exterior, Psiquiatría universitaria | 303
sujetos convierten el valor de sus artículos de consumo Ejemplo de una sexualidad al mismo tiempo meca- en valor de sí mismos. La cuota de inscripción o el me- nizada y escenificada públicamente son las “love-para- canismo contabilizador de la “homepage” me prueban des” y los “raver-parties” de la escena “techno” con su que no soy insignificante: “hot or not hot”, ser o no ser.
frenético exhibicionismo, “outfits” hipersexualizados, En esta entrega de sí mismo al mercado, el cuerpo transexuales o andróginos y la alta aceleración del ritmo se convierte en un capital decisivo. La felicidad perte- del cuerpo estimulada por drogas. Es un “designer-sex” nece a los cuerpos bel os; quien no es hermoso no es que no deja ni tiempo ni espacio para el placer erótico, de la partida. ‘Fitness’ y ‘outfit’ determinan el éxito o para el sostenerse y abrazarse de los cuerpos y que la el fracaso, como “survival of the fittest”. Por eso el pro- mayoría de las veces evita también la sexualidad geni- pio cuerpo tiene que ser constantemente entrenado, tal. Aquí aparecen en escena “…los neo-sexuales como embel ecido, modelado y estilizado. En el año 2000 sujetos seductores u objetos lascivos que por lo general se realizaron en Alemania 350.000 cirugías estéticas evitan encuentros sexuales corporales a la antigua”16. El y el número aumenta año a año en un 15 a 20%15. El objetivo ya no es la unión sexual sino la emoción de los alza descomunal de la industria cosmético-quirúrgica, eventos masivos, la escenificación de sí mismo colecti- el culto corporal tanto histérico como hipocondríaco va y sincronizada en ritmo “techno”. El sexo y el éxtasis de las revistas dedicadas al “life-style” y a la salud, la dan el último golpe para dejar tras sí el cuerpo en una estilización de sí mismo a través del entrenamiento, disociada embriaguez del ego y sumergirlo así en una las dietas u hormonas “anti-aging”, a través del “body- experiencia “out-of-body”, en la que el Yo se eleva hasta piercing” o los tatuajes, son expresión de una cultura una cima narcisista y al mismo tiempo se disocia.
secularizada que ha escogido la bel eza, la juventud y el “fitness” como sus valores directrices indiscutidos. SEPARACIÓN ENTRE SEXUALIDAD Y
Junto al dinero, el cuerpo se ha convertido en el nuevo REPRODUCCIÓN
ídolo, asumiendo el mismo carácter de mera aparien-cia: así como el dinero tiene su valor en la posibilidad La hiper-sexualidad posmoderna contiene una serie de meramente imaginada de poder comprarse todo, el tendencias paradójicas, como por ejemplo la tendencia a cuerpo perfecto tiene su valor como pura imagen, la caída brusca y repentina en la anhedonia y la impoten- como mera potencialidad y no en la entrega concreta, cia, hacia la descorporalización y la virtualización, hacia no en la unión sexual real. El ideal es el cuerpo compu- la des-diferenciación andrógina de los sexos, hacia un tacional, tanto hiper-sexual como estéril, de Lara Croft.
éxtasis monádico en lugar de diádico. Por lo tanto, el a Tradicionalmente era la mujer el objeto del deseo. no se aleja sólo del erotismo, sino que también del amor Entre tanto, forzado por la industria cosmética y textil, corporal mismo y, con el o, desde el punto de vista de también el cuerpo de los hombres se ha transformado la función biológica, cae indefectiblemente en la esterili- en objeto sexual. El hombre de hoy ya no se muestra dad. Cuando el placer de la carne se disuelve en virtuali- como duro, tosco y anguloso, sino tan bel o como fe- dad e imaginación, tampoco tiene lugar ya la fecundidad menino. También él ha internalizado la mirada públi- del cuerpo. Este desarrol o encuentra su contraparte en ca y para el o se deja hacer las manos y los pies, come la radical separación entre sexualidad y reproducción, comida pobre en grasa, va regularmente al gimnasio e pero también en la ectogénesis, y en la procreación y el incluso se somete a operaciones. Cada cinco cirugías nacimiento extra-corporales, todos procesos asexuados.
estéticas, una se hace hoy en hombres, cifra que se Más todavía que el erotismo y el encuentro sexual, duplicará dentro de 10 años. Lo que antes era conside- la reproducción era hasta ahora un hecho que sucedía rado como un signo de homosexualidad y era evitado “por sí mismo”, perteneciente a la parte natural del con temor por el “hombre verdaderamente varonil”, se cuerpo. Aunque todos los procesos biológicos eran ha convertido en una moda. La escenificación de los conocidos hace ya tiempo, la procreación de un niño cuerpos tiende en forma paradójica a la nivelación de mantenía en la experiencia personal el carácter de lo las diferencias sexuales y así la androginia domina ya oculto y misterioso y con el o también de la donación ampliamente la moda y la publicidad. Al final de este y del regalo, precisamente de la “concepción”. La repro- desarrol o está el cuerpo artificial, quirúrgicamente ducción sexual significaba abandonarse a la consuma- creado, de Michael Jackson: una imagen frágil, etérea, ción del amor en común y con el o también al torbel ino y a la oscuridad de donde surge un nuevo ser humano. 304 | Psiquiatría universitaria
La “noche del Yo”, la pérdida de sí mismo en el orgasmo, Para completar la ectogénesis o el “método de era la forma adecuada de permitir que la fecundidad del Bokanowsky”, como se llama la reproducción artificial cuerpo se manifestara. Claro que se podía intentar “ha- en el “Brave New World” de Huxley, todavía hay que cer” un niño; pero también aquí la intencionalidad te- cerrar la brecha entre los primeros estadios del de- nía como consecuencia muchas veces lo opuesto de lo sarrollo embrionario y el 6º mes, a partir del cual los deseado y, como sabe todo ginecólogo experimentado, embriones pueden ya hoy sobrevivir en la incubadora. a menudo l ega un niño justo cuando una pareja, mu- Además hay que contar con la creación de un útero ar- cho tiempo sin hijos, ha abandonado, con desaliento, tificial en una fecha no muy lejana. Así como se realiza los esforzados intentos de engendrar. Bastante segura hoy la “concepción” in vitro, luego vendrá también el de l evar a cabo –y un presupuesto de la emancipación “embarazo”. Liberado de los tenebrosos úteros y obser- sexual– fue sin duda la prevención de la reproducción.
vado a la luz, el embrión se hará entonces accesible a Esta situación se ha visto fundamentalmente alte- mayores “controles de calidad” e intervenciones. Uno rada con las técnicas de la medicina reproductiva: puede perfectamente imaginarse que, en el futuro, los padres harán congelar sus óvulos y espermios en la – La unión corporal de los padres ya no es un pre- juventud (es decir, cuando el peligro de malformación supuesto de la procreación, ni siquiera lo es su es mínimo); si desean niños más tarde, hacen practicar presencia. Las paternidades genética, corporal y una fecundación en el laboratorio y luego hacen cre- social se han vuelto separables entre el as en to- cer al niño en el útero artificial, hasta que lo puedan das las variantes; la medicina reproductiva ha “de- retirar “listo”. Así estaría obsoleto el proceso uterino, construido” conceptos que parecían eternamente cuya fuerza arcaica posee por lo demás algo de anacró- válidos, como madre, padre, hijo, ascendencia y nico en el ambiente de una clínica de alta tecnología y fecundidad. La relación entre sexo y procreación que ya hoy es reemplazado cada vez más por cesáreas aparece sólo como algo contingente, y uno po- optativas. En este “Brave New World” sólo los salvajes dría imaginarse perfectamente que una humani- que viven en reservas consuman aún la gestación de dad futura la suprima como demasiado peligrosa. sus propios niños y los amamantan. Entre las perso- Además sólo “una pequeña parcela del gigantesco nas civilizadas esta práctica será considerada como territorio del erotismo está dedicada a los aspectos reproductivos de la sexualidad”17.
El último paso en la retirada de la reproducción – Los procesos reproductivos, incluido el desarrol o heterosexual sería la clonación, sin duda una técnica embrionario, están siendo sacados del cuerpo fe- realizable en breve19. Mujeres y hombres ya no esta- menino, para ser l evados desde la oscuridad del rían biológicamente destinados unos a otros y “la di- útero a la luz del laboratorio. Hablando psicoló- ferenciación del género humano en dos sexos estaría gicamente, estos procesos han sido trasladados obsoleta”20. Al mismo tiempo la clonación termina con desde lo inconsciente a lo consciente. Las mujeres el carácter único de la disposición hereditaria de cada están compartiendo con los hombres la capacidad persona. Pero tras todo esto se oculta un contexto creativa por antonomasia, a saber, la de concebir más profundo, a saber, el de sexualidad, individualidad vida, de nutrirla y de darla a luz: el os ahora ex- y mortalidad. Recién la unión y recombinación de la perimentan en el laboratorio con sus gametos y disposición hereditaria de los padres, separada en dos embriones para sentirse al fin también como crea- partes iguales, crea el presupuesto biológico para una dores. Ahora la vida humana puede fabricarse a nueva individualidad. Sin embargo, este revolucionario voluntad, en vista de lo cual la esperable exigencia principio priva a los padres de la casi inmortalidad de de por lo menos prescindir de la selección o de la detal ada “construcción de los productos” se ha transformado en algo secundario18.
algunos años. Comparar al respecto J. Rifkin: Entbun-den. Bald gibt es die künstliche Gebärmutter. FAZ Nr. 53, 04.03, 2002.
19 Aquí también hay algo muy interesante: en Estados Uni- dos homosexuales con deseos de tener niños fundaron 18 Hace poco, un grupo de investigadores de la Cornell una iniciativa “ProKlon”, que entre tanto también tiene el University dio a conocer que por primera vez habría re- concurso de mujeres de más allá de los 50: ellas esperan sultado copiar artificialmente una pared uterina. En la una tardía realización de su deseo de niños. Parejas esté- Universidad Juntendou de Tokio también se espera el riles también podrían llegar a tener niños de esta forma.
desarrollo de un útero artificial capaz de funcionar en Psiquiatría universitaria | 305
la reproducción primitiva, asexuada, a través de la divi- el devenir”21. La clonación pone fin al sufrimiento cau- sión o de la germinación. Por tanto, el precio que paga sado por la individualidad, el sexo y la muerte; el placer la naturaleza por el surgimiento de individuos siempre sexual y la reproducción son separados por completo. El antiguo ser humano desaparece y sin oponer resisten- La sexualidad –no por casualidad derivada del ver- cia le deja el lugar a una especie superior, semejante a bo latino secare, cortar, separar– significa entonces la Dios, la que se remite a mirar hacia atrás con compasión separación o división en dos partes iguales de un todo las luchas y tormentos de los seres humanos anteriores.
antes asexuado. De esta separación cuentan también La superación del “pecado original” de la sexuali- los mitos de todas las culturas, los que a los seres origi- dad corporal, como último paso evolutivo de las ten- narios o dioses les atribuyen una capacidad andrógina dencias posmodernas y de las técnicas de la medicina y partenogenética de fecundación y de maternidad.
reproductiva, puede parecer a primera vista como dis- Así, el famoso mito del “Symposiun” de Platón torsionada o utópica. Pero que tales tendencias son ya interpreta al amor como la búsqueda de una unidad al menos una realidad psicológica puede acreditarlo fi- hermafrodita original: un ser humano primitivo, de nalmente una enfermedad que desde los años 90 viene nombre “Andrógino”, de forma esférica, de cuatro bra- aumentando en forma exponencial, a saber, la anorexia zos, cuatro piernas y dos caras, desafió con su inaudita nerviosa. Porque las muchachas y mujeres anorécticas fuerza a los dioses, hasta que el os finalmente lo divi- aspiran a un cuerpo ideal, andrógino, como el creado dieron en dos mitades y a cada una le dieron vuelta la por la industria de la moda y de la bel eza. Al mismo cabeza, para que el ser humano, “teniendo a la vista su tiempo niegan el cuerpo femenino carnal, deseable y desunión”, se tornara más virtuoso. Lanzadas al mundo, fecundo, al que viven como repugnante y sucio, porque las dos partes andan desde entonces errantes, infelices podría exponerlas a la temida penetración masculina. e incompletas, en la búsqueda de su otra mitad. Tam- El as se rehúsan al proceso madurativo y se resisten al bién en la posterior tradición gnóstica de tipo dualista, paso del tiempo, reprimiendo el desarrol o de su cuerpo, con su acento todavía más pesimista, la sexualidad era para así alcanzar una suerte de ambigüedad sexual22. La considerada como el pecado original del ser humano lucha contra el propio cuerpo es una lucha desespera- caído a la tierra, y la androginia como la condición divi- da contra la cosificación por el sexo, lo que resulta ser na de la inocencia y la perfección perdidas, estado que una paradoja, por cuanto mientras la anoréctica se nie- ga a ser una “cosa” para otros, el a maltrata al mismo Tales tendencias gnósticas regresan ahora tanto tiempo su cuerpo como un objeto material que puede en la sexualidad posmoderna como también en la me- modelarse a voluntad. Su objetivo es poseer un cuerpo dicina reproductiva: exclusión dualista del erotismo en inmaculado, obediente, incorpóreo y finalmente disol- favor del puro sexo corporal, liberación del cuerpo y verlo en una liviandad y un vacío angelicales. Es el dua- eliminación de su carácter pulsional a través del sexo lismo gnóstico del espíritu puro y del cuerpo material, cibernético, evasión desde el cuerpo animal hacia el al que volvemos a encontrar aquí en la forma de una mundo de la imaginación, evitación de la unión de los enfermedad de los tiempos, un dualismo que ha puesto cuerpos, reproducción asexuada, etc. Estas tendencias en evidencia la pérdida de la inter-corporalidad erótica.
que muestra la evolución de la sexualidad contemporá-nea fueron descritas con drástica agudeza por el nove- CONCLUSIONES
lista francés Michel Houel ebecq en su libro Partículas elementales. Él cuenta la historia de dos hermanos, el La progresiva sexualización de la sociedad va aparejada profesor Bruno y el bioquímico Michel, que por el hedo- con un empobrecimiento de la sensibilidad, la sensua- nismo sin amor de sus padres se transformaron en seres lidad y la pasión eróticas. Eros, como poder demoníaco psíquicamente inválidos. Bruno pasa su vida con expe- y avasal ador, como lo describe Diotima en el “Sympo- riencias sexuales tediosas y mecanizadas, mientras Mi- sium” de Platón, parece retirarse del mundo. La propa- chel deviene un autista incapaz de amar. La descarnada gación del placer sexual y la promiscuidad mediante los descripción de Houel ebecq de una sexualidad desola- medios de comunicación social está en contraste con la da en individuos solitarios, a fines del siglo XX, desem- real pérdida de capacidad pática, vale decir, de la capa- boca en la anti-utopía de una humanidad posthumana, cidad de sumergirse en la inter-corporalidad sexual y para la que las investigaciones de Michel preparan el camino: “hacia una nueva especie asexuada, inmortal … que ha superado la individualidad, la separación y 21 Houellebecq 1999, p. 348.
22 Comparar Bourcillier 1992.
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entregarse al placer común olvidándose de sí mismo. técnicamente planificadas, de las cuales se debe extir- En lugar de el o el cuerpo se transforma en instrumento par todo lo abismal, lo inesperado y su carácter de des- del propio gozo y de la propia escenificación. El cuer- tino. El ya no poder entregarse y regalarse desemboca po no es experimentado en su potencialidad de vida y tarde o temprano, por cierto, en ausencia de alegría y de sensualidad, sino instrumentalizado como imagen, de placer. La sexualidad como alto rendimiento, que como mercancía, como objeto de la manipulación de sí puede maximizarse, l eva a la pérdida de la vitalidad y la espontaneidad. Y en forma similar rige para la esfera Una tendencia análoga se muestra en las tecnolo- de la reproducción el que todo el dominio médico-tec- gías de la reproducción. El as separan la reproducción nológico y genético-tecnológico de la reproducción se de la inter-corporalidad y la transforman en un proceso transforme en discrecionalidad y falta de orientación. técnico: el misterio y la oscuridad del origen dan lugar ¿De dónde tomar las normas que rijan el apoderamien- a la objetividad de la fabricación pública. Con la mani- to técnico de sí mismo, cuando la naturaleza corporal es pulación de la disposición genética hasta la clonación de embriones, la relación instrumental con el cuerpo En las recientes afirmaciones, que postulan que la abarca también el comienzo de la vida. Se está aproxi- técnica genética sería la continuación de la historia natu- mando la ilusión de una reproducción asexuada y ec- ral con otros medios, se ha creído reconocer un retroceso togenética. Al mismo tiempo, con la clonación, y aun ante este poder absoluto sobre sí mismo. “Inequívoca- cuando ésta se realizara sólo en forma aislada, se irá mente”, dice por ejemplo Hubert Markl, el “progreso, a anidando lentamente en las mentes la idea de poder menudo errático, de la evolución natural, se ha hecho fulminante y creativo en la revolución cultural, en rigor Los discursos “transgender” entregan por su parte producto de el a misma”. A través de la “evolución cultu- una legitimación teórica para estos desarrol os. Análisis ral que l egó a ser versada en la técnica genética” la evo- feministas y homosexuales han “de-construido” la he- lución natural actuaría “orientándose de vuelta hacia sí terosexualidad, sindicándola como una forma represiva misma. En tal sentido la evolución natural ha creado en de normalidad o de heterosexualidad forzada, mientras el ser humano un medio para poder seguir desarrol án- al mismo tiempo un variado campo de prácticas sexua- dose a sí misma” 24. Según esto, la técnica genética tam- les, en su extremo el transexualismo, ha sido elevado a bién sería una forma cómo la vida se empuja a sí misma un alto rango de importancia en revistas y fol etines. El hacia delante. Ahora, no existiría ningún sujeto de esta sexo es entregado al público como un constructo pu- técnica, sino que el a misma sería sólo un producto de la ramente social e incluso la diferencia biológica de los naturaleza. El sujeto de la ciencia posmoderna se niega sexos ha sido reinterpretada como una mera diferencia a sí mismo y niega su responsabilidad, en la medida en de roles sexuales: así el sexo es simplemente “escenifi- que finge una naturaleza que se tecnifica a sí misma. Las cado”, así como se actúa en el teatro23. Ahí también hay “ciencias de la vida” y sus sumos sacerdotes serán trans- un dualismo radical: el cuerpo vale sólo como substra- formados en órganos de la evolución natural y por eso to, como una suerte de “hardware” o máquina que uno las consideraciones éticas, que puedan quedar todavía, puede operar y transformar a voluntad; porque la sexua- podrán ser rechazadas sin reparo: la evolución transhu- lidad es el a misma sólo construcción o ideología cultu- mana será capaz de crearse sus propias normas éticas.
ral. Las feministas radicales, así como los transexuales, El género humano podría pagar esta ceguera auto- ya no quieren reconocer la existencia de un núcleo de sexualidad humana y su relación con la reproducción.
Parece como si el ser humano en un futuro cercano ya no “sería” más un “cuerpo”, sino que sólo “tendría” 24 Markl 1998, p. 580 s. (Hvhb. V. Vf., T. F.). – Igualmente su “cuerpo”, para disponer de él. El sujeto ya no quiere M. Jongen, Filósofo de la Escuela de Creación de Karlsru- confiarse a la naturalidad del cuerpo. Sin estar seguro he: En la transformación biotecnológica del arte entran de sí mismo y en la angustia de perderse en la oscu- “espíritu y naturaleza … en un feedback recíproco de ridad de la sexualidad, se aferra a su control: la sexua- aprendizaje que hace superficial las reglas, los correcti- lidad y la reproducción se transforman en actividades vos y sobre todo las prohibiciones recordadas por los es-cépticos éticos, en la medida en que las … hace emerger de su lógica propia. El dios que nos puede salvar solo … no es un deus moral ex machina, sino que dormita en 23 La filósofa Judith Butler puede considerarse como la ninguna otra parte más que en los propios adiestramien- representante más prominente de tales concepciones tos cibernéticos que ocurren en la experimentación” (Jongen 2001). Lo suyo se lo da el señor en el sueño.
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Source: http://revistagpu.cl/2011/GPU_Sept_2011_PDF/ENS_La_sexualidad.pdf

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